paño del altar que estaba cosiendo para el Santuario de la Mater, mi mente
iba tejiendo ideas que venían a mi mente y hacían eco en mi corazón.
Oh sí… mi pequeño y pobre corazón se agitaba como volcán en acción… el volcán
del amor… amor a Dios… amor al prójimo… amor que se siente hasta el tuétano…
que como volcán quiere explotar y contagiar a todos… contagiarlos con una “lava”
especial que va consumiendo en una fe viva… y claro también va destruyendo el
desamor en las almas… porque el amor es una fuerza poderosa que libera, sana,
convierte, transforma, renueva, enriquece, provoca felicidad plena, alegría
desbordante… el Amor de Dios es así… y solo Dios tiene el poder de hacer y deshacer
a su gusto en los corazones.
Seguía en mi labor dando puntada tras puntada y elaborando en mi mente toda
una conversación con mi pequeña hijita que anda angustiada y desesperada en su
problema…problema que no es fácil pero que en sus andadas para resolverlo se va
enredando mas apartándose completamente de la verdadera ayuda disponible a su
alcance…es que yo lo veo tan fácil… que no entiendo porque nos enredamos y
cegamos tanto.
Oh, Madre es tan fácil dejarnos
llevar por lo que escuchamos… cuando escuchamos “tengo fe”, “yo oro y rezo”… cuando
no estamos al lado de la persona, tenemos que creer en lo que nos están diciendo…
aunque al conocer sus acciones también nos pueden decir lo que sucede
verdaderamente en la persona. ¿Esta cultivando la fe como debe en estos
momentos? ¿Esta confiando ciegamente en quien tiene verdaderamente la respuesta
a su problema?
Y en estas ideas y palabras que van tejiéndose en mi interior… pensaba si
yo la tuviera frente a mi… me sería muy fácil… escucharla, observar todo su
lenguaje no verbal para saber si verdaderamente esta por el camino de la solución…
si está trabajando con las armas espirituales que debe tener en estos momentos.
Oh sí, si Madre mía, me sería tan fácil leer en su lenguaje no verbal por donde
va caminando, entender entonces como puedo ayudarla.
Es que no entiendo, Madre mía, no entiendo porque cuando llegan los
problemas que nos tumban, nos sacuden, nos angustia por la inmensidad de la
gravedad, por la destrucción de nuestro castillo idealizado quizás, no tenemos
el conocimiento claro… que toda prueba sea pequeña o grande, sea como sea, es
solo y únicamente un medio para cultivar, desarrollar y acrisolar nuestra fe
como un fuego devorador… que nos lanza a confiar ciegamente… TOTALMENTE… en
Dios… en la Mater.
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Tampoco entiendo porque si le hablamos con palabras sencillas, tratando de
encaminar el alma hacia la verdadera fuente… las palabras se convierten en un
eco pasajero que no tienen la fuerza convincente y motivadora para lanzar al
alma a los brazos de Jesús y María… …y aquí reconozco mi pobrísima ayuda… Mater
perdóname por no poder ayudarte…como tú deseabas.
Siento que mi pobre corazon alza su voz para decirte hijita… y a todos los
que andan por el mismo camino…
“Que no… que
no te desvíes…corre, no una vez sino muchas…muchas veces… corre como si tuvieras
“pies de gacela” a los pies del Dios del Sagrario…de ese Dios que tanto te ama,
que te espera con los brazos abiertos… con el Corazón llenos de consuelos para
desbordarse en ti… que siente ardientes deseos de ayudarte… que quiere ayudarte…
que tiene el poder para hacerlo…
Hijita…humíllate
ante su presencia… desahoga tu corazón sus pies… llora con gemidos desgarradores de
un corazón que sufre amargamente y no sabe qué hacer… un corazón impotente… un corazón
que solo sabe amar y donarse… deja que tu corazón hable… deja que tus lágrimas
se desborden a cantaros… quédate ahí a sus pies… pero quédate confiando
ciegamente en su poder… en su voluntad de querer ayudarte… de interesarse en
tus cosas…?
Quédate pero
quédate como el leproso que iba llamando a gritos al Señor y cuando estuvo
frente a frente de Jesús, se lanzo al suelo, humillándose… reconociendo que Jesús
era el único que podía ayudarle… que tenía el poder de hacerlo… y con el corazón
en la mano le suplica: “Señor si tu quieres puedes sanarme”…y Jesús le
contesta: “Quiero”… y quedo sano… ¡Qué fe tan esplendorosa sintió este leproso
que deslumbro a Jesús!..., ¡qué confianza ciega en Jesús!, ¡qué postura asumió que agrado al Señor!.., ¡que palabras
conmovedoras pronuncio que arranco el milagro!… ¡qué hombre tan pobre y a la
vez tan rico… porque la fe, la confianza, la humildad, el abandono en Dios
fueron las joyas preciosas con que obsequio a Jesús de la Misericordia…he aquí el
secreto de cómo pedirle a Dios ayuda.
Esa es la postura que debemos tener cuando la tempestad nos llega… cuando
las pruebas nos crucifican… Son momentos para izar la bandera de la fe en todo
su esplendor.
Son momentos para vivir la fe de verdad… SOLO DIOS TIENE EL PODER DE AYUDARNOS…
¿Por qué… por qué?… no ir a los pies del Dios del Sagrario ¿Por qué no acudir a El día y noche?...
cuantas veces se pueda… aun con el pensamiento cuando no se pueda ir físicamente.
Hija mía… no te desvíes… ve donde Jesús Sacramentado… visítalo, todas las
veces que puedas. Entrégale tu problema… CONFIA… CONFIA CIEGAMENTE EN EL… pero si
confías ciegamente no busques fuera de la ayuda de la Mater y del sacerdote
director espiritual de tu alma… no busques a nadie más… Pide oración a todos
los que tú quieras… pero no abras tu corazón a los demás… porque hacerlo es
desconfiar de Dios, de su amor, de su ayuda, de su poder.
Estoy convencida que nada… nadie…jamás
podrá impedir el obrar de Dios cuando el alma le suplica humildemente y con fe
viva su ayuda.
Las puertas del infierno no pueden prevalecer ni hacer daño a quien confía ciegamente
en Dios, en la Mater y lleva una vida al gusto divino… Jamás podrá el enemigo
socavar los cimientos de una verdadera alma que posee a Dios. ¿Tratara?... tratara… enviara sus ayudantes… dará
dolor de cabeza con sus tentaciones y guerra para destruir el alma… el hogar…
la familia… a todos los que están cimentados en el amor de Dios… pero no podrá jamás…
jamás…hacer nada si el alma confía ciegamente en Dios, y se abandona al obrar
de Dios… esperándolo TODO de Dios… en el momento de Dios.
Recuerda hijita que confiar en Dios es… no solo dejarle nuestros problemas en sus manos…
sino dejarlo trabajar a su gusto… en su forma… en su momento… en su silencio…simplemente
esperar con paz..¿imposible de vivir?... en los brazos de la Mater se puede
lograr.
“Oh mi Amado Jesús… adorado Dios de Fuego Eucarístico…te
suplico mi amado… concédenos a todos la gracia de vivir convencidos totalmente
que Tú estas en el Misterio de la Eucaristía…que habitas en la soledad del
Sagrario… simplemente por un divino derroche de Amor te has quedado accesible a
todos”
Desde la Soledad Del Sagrario
Por que esa Iglesia tiene el ojo de Orus simbolo masonico.
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