Haciendo una buena limpieza entre mis cosas guardadas, encontré
esta oración que hace muchos años escribí y regale una copia a mis tíos que
estaban pasando por una experiencia de falta de fe fuerte. En esos momentos pensé
que les vendría bien esta oración tan sencilla y tan pequeña.
Pasaron unos
cuantos años, y un buen día… mi tía, en el lecho de la enfermedad, pidió a la
familia mi presencia, quería que le
ayudara a aceptar esos momentos de tanta tensión y sentimientos encontrados… donde
la cruz inesperada de la enfermedad… le llevaba a pasos agigantados hacia el
viaje de “regreso a casa”… Luego de tres semanas, en el lecho de la agonía, mi tía
me confiesa que desde el día que les regale la copia de esta oración la estaba
haciendo todas las noches sin fallar. Para mí fue una sorpresa. A ella le gusto
tanto la oración que la hizo muy suya, al punto de hacerla todos los días por
tantos años.
Ahora al encontrarla pienso… que quizás pueda volver a
ayudar alguna almita pequeña y sencilla que en estos momentos tenga su fe débil
y esta pequeña oración le pueda hacer tanto bien como a mi tía. “Madre amantísima
tú conoces a tus hijos…si crees prudente y de ayuda… haz que llegue a manos de
esa alma que necesita una pequeña ayuda, una motivación, un despertar y
alimentar su fe débil o probada con una pequeña dosis de amor. Tu sabes Mamaíta,
tu conoces… lo dejo en tus manos, Madrecita.”
A los pies de Jesús
Mi Jesús amadísimo, vengo ante Ti
para implorar misericordia sobre mí.
Necesito que me ayudes porque soy
muy débil y frágil.
Necesito sentirme enamorada de
Ti.
Sentir que Tu eres lo más
importante para mi.
Que nada ni nadie tome tu lugar
en mi corazón,
en mi mente, y en mi voluntad.
Como amarte? ¿Cómo no dejar de
pensar en Ti?
¿Qué hacer para que todo lo haga
por Ti?
Tú ves mi escasez de generosidad
hacia Ti
Te olvido con tanta facilidad, Señor.
Mi adorado Jesús, si Tú no me ayudas jamás podre vivir esa
santidad que Tú deseas tanto para
mí.
Y yo deseo ser santa como Tú eres
santo, ayúdame, por favor.
Me has llamado, mi amadísimo Jesús,
y aquí estoy.
Has querido que hoy te acompañase
un rato y eso alegra mi corazón.
Tu, el Dios vivo, enamorado de mi
pobre corazón.
Tu el Dos santo, ilusionado con
mi compañía.
Jesús, si yo pudiera amarte como
Tu me amas.
Soy tan pobre en amor.
Todo lo de este mundo me hace
olvidarte con tanta facilidad.
Ya ves, Señor.
Se Tú mi Señor, mi verdadero
amor.
Se Tú mi Señor, mi propia
santidad.
Enamorarme… enamora mis sentidos,
enamora mi corazón.
Seria todo tan fácil si me enseñaras
a amarte, a desearte, a buscarte.
Si me dejas sola, Amigo mío, saldré
corriendo
detrás de la primera fascinación
que este mundo me presente.
Pero si Tú me tomas de la mano y
me hablas de Ti mismo, del amor que me tienes, mi corazon comenzara a palpitar
por Ti.
Anda mi Señor, déjame escuchar tu
dulce y tierna voz.
Déjame ver tus ojos, tu adorado
rostro.
Señor, ¿no podrías dejarme verte
como te ven los ángeles?
Mi Jesusito hermoso acerca mi corazón
al Corazón
de mi Madrecita del Cielo.
Permíteme que sea Ella quien me enseñe
a amarte.
Quiero aprender de sus labios
como debo de hablarte.
Es tanto lo que quiero aprender y
Ella será mi mejor maestra.
Déjame a su cuidado desde hoy y
aumenta cada día que pasa,
mi comunicación con Ella.
Que seamos verdaderas y grandes
amigas y confidentes.
imagen sor maridel |
Desde la Soledad del Sagrario
ES ALGO PRECIOSO Y HERMOSO....YO LO COPIE TODO A MANO PORQUE MI COPIADORA NO TIENE TINTA...LA COPIE PORQUE QUIERO SEGUIRLA ORANDO A NUESTRA SANTISIMA VIRGEN
ResponderEliminarSOLO DE LEERLA, SENTI PAZ....GRACIAS DE TODO CORAZON Y QUE DIOS TE SIGA BENDICIENDO Y DIRIJIENDO TU VIDA HACIA NOSOTROS LOS QUE QUEREMOS ACERCARNOS MAS Y MAS A DIOS Y LA VIRGEN.
Me has emocionado Lilita. Gracias por copiarla y querer hacerla. Estoy convencida que si a tía le hizo tanto bien, puede hacer mucho bien a todo el que la acepte.
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