miércoles, 25 de abril de 2012

Aquí… Madre mía…


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Aquí… Madre mía… aquí…aquí… en este agradable lugar… 



Sentémonos juntas… necesito tu ayuda porque quiero hacer un buen examen de conciencia.  Hacen semanas, Madre mía, que no me acerco al confesionario y quiero Madrecita ir pronto a lavar mi alma en la Sangre de Cristo y dejarla limpia y perfumadísima.  Oh si, como le agrada a Jesús. Solo quiero que Jesús este sumamente contento con mi alma… quiero hacer lo que a El tanto le agrada.


Tú me preguntas Madre mía y yo voy contestando.  Mirad he recibido este Examen de Conciencia y me gusta mucho.  Lo coloco en tus manos para que me hagas las preguntas así sentiré en mi interior luz que alumbrara mi memoria y mi razón… luz que dará a mi corazón arrepentimiento y deseos de jamás volver a cometer esas faltas y pecados.  Oh si… empecemos Madre querida.


¿He negado de la existencia de Dios?  Madre mía en estos momentos de mi vida ¿cómo negar la existencia de Dios? ¿Qué cosas sin querrer o queriendo he realizado que  descubren mi poca fe, mi poca conciencia de la existencia de mi Amado Dios?  Madre no dudo nada… soy capaz de eso y de mucho mas.


Debo fijarme en mi comportamiento, en mis palabras, en mis respuestas a los problemas y acontecimientos que se presentan de improviso, de sorpresa, agradables y desagradables. 


Madre mía, ¿en qué momento no he sido testigo de la existencia de Dios? ¿En qué momento de mi vida, de mi diario vivir he escandalizado a los demás al comportarme como quien no cree que Dios existe en verdad? 


Si creo en Dios debo procurar siempre su Santa Voluntad en mi vida.  Si creo en Dios debo contar con Él para todo. Si creo en Dios debo mantener una amistad asidua, sincera siempre en aumento.  Si creo en Dios debo confiar ciegamente en su Amor, en su Bondad, en su Misericordia y en su Poder. Dios debe ser para mí TODO  en todo el sentido de la palabra.  

Madre mis actos deben reflejar siempre mi fe en Dios.  Déjame mirarme tal cual soy, Madre mía… déjame descubrirme realmente… todo lo falso, toda la maldad que hay en mí y no me doy cuenta… déjame mirarme con tus ojos para verme sin opacar y excusarme sin buscar defenderme… quiero conocerme con claridad siempre mayor… de esta forma puedo trabajar intensamente por mi verdadera conversión y transformación.  Porque Madrecita yo quiero alcanzar la santidad pero eso sí, Madre mía, que jamás me entere… en esta vida.


Mis sentimientos, ¿como reflejan mi fe?  ¿A qué grado reflejan mis sentimientos y pensamientos la fe que verdaderamente poseo? ¿Mi interior está lleno de sentimientos que se alimentan de mi fe ciega en Dios? ¿Veo a Dios en todo y en todos siempre?  Madre que descubra la verdad… que no me ciegue en verme tal y cual soy… en ver como estoy desagradando a Dios… déjame descubrir mi interior toda la oscuridad, el desarreglo, la suciedad que pueda existir y no he querido ver y aceptar… Madre ilumíname… que yo me vea…que yo me vea como Dios me ve.


Si creo ciegamente y verdaderamente que Dios existe mi mayor preocupación debe ser Dios mismo… mi mirada debe estar centrada en Dios, en su Santa Voluntad no en mí… en las pequeñeces y naderías de mi voluntad distorsionada y caprichosa… ni en las naderías de este mundo.  ¿Verdaderamente estoy cumpliendo y obedeciendo a Dios como Él desea? ¿Está realmente mi mirada en Dios?  ¿En qué momentos aparto mi mirada de Dios para perderme por otros caminos?


Si creo en la existencia de Dios mi alma debe estar llena de la santa alegría que nace del convencimiento y la experiencia intima de la amistad con Dios.


Oh si… si Madre mía… si yo creo totalmente en la existencia divina entonces mi amistad con todos mis hermanos es reciproco a mi amistad con Dios… porque en todos, grandes y pequeños encuentro a Dios… Dios me habla en lo profundo de sus almas… y el amor fluye de corazon a corazon… porque es el Amor de Dios oculto en el corazón de mi hermano no importa como sea, mi quien sea… Dios está ahí amándolo y amándome… yo debo descubrir a Dios en el… amando a Dios amar a mis hermanos… amar a mis hermanos amando a Dios…


Hay que ver Madre si de verdad soy compasiva y misericordiosa… caritativa y servicial con mis hermanos… o si solo me mueve el amor propio y no el verdadero y puro Amor a Dios… si no son mis intereses personales ajenos totalmente a la pureza de intención.


Ahora Madre voy a escribir mis faltas y pecados… Madre nos hemos quedado en la primera pregunta… pero ha sido muy provechosa para mi alma… cuan pobre es mi alma… cuanta mugre y desorden… pero pronto voy  como una cierva veloz al confesionario… allí recobrare de nuevo la pureza de mi alma… la gracia divina… allí me lavare en la Sangre Preciosa de Cristo y volveré a ser hermosa a los ojos de Dios Trino… volveré a recobrar mi primer amor… volveré a depositar mi confianza ciega y mi esperanza plena en Dios… mi Dios y mi TODO… hoy, mañana y siempre.


Gracias Madrecita… mi Madre Bella y Hermosa…, por toda la ayuda y tu amada presencia que siento en lo más profundo de mi alma… un beso en cada mejilla y un abrazo Madre Celestial… Te amo Madre… te amo… 



Desde la Soledad del Sagrario

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