CARTA ABIERTA A UNA HIJA ESPIRITUAL

CARTA ABIERTA A UNA HIJA ESPIRITUAL

Sufres tanto en cuerpo y en alma. El dolor, el abandono, la soledad han crucificado todo tu ser.

Sabes muy bien que todo está en los planes de Dios. Que todo te sirve como trampolín para alcanzar las gracias que tanto necesitas para ti y para los tuyos.

Contemplándote medito en lo corta que es la vida en los arranques de locura, locura de amor al buen Dios a los nuestros, que nos han llevado a darlo todo por la salvación de sus almas, pero sobre todo por la Gloria de Dios en la vida de los nuestros.

Ahora viene la cosecha del Amor. No es fácil y lo vemos plasmado en el Gólgota. Ahí es donde podemos entender y aprender con Jesús el valor del amor… cuando nos hace temblar hasta desmayar. No es para menos, la cruz no es nada fácil…, pero hija mia…, ¡todo pasa tan rápido!

Hoy lloramos… mañana reiremos. Hoy sufrimos sin consuelo alguno…mañana la felicidad del cielo nos hará explotar de alegría.

Animo Dios está contigo. No lo dudes ni un instante.  Él  está llevando su obra desde la soledad, desde la aridez que vives día tras día. Desde esa pequeña cruz que viste tu cuerpo y lleva por nombre “enfermedad”…

Todo pasa tan rápido… todo se acaba… Recuerda que Dios solo queda para siempre… en nuestras almas.

Un abrazo desde la soledad del Sagrario…