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El Enemigo está en
casa ¿Imposible?
Mientras estaba en
mis quehaceres diarios…limpiando el cuarto de mami, el televisor encendido
en el canal EWTN de Madre Angélica… en el programa de “Cara a cara” con
el Sr. Bermúdez.
Entre la
escoba y el mapo… y la atención a mami… un oído en el programa. ¡Qué
programa!! Aprendí mucho. Iba tejiendo mis pensamientos según escuchaba y
recordando los acontecimientos a los cuales se refería.
El Sr. Bermúdez
estaba explicando con claridad y lujo de detalles todos los supuestos
escándalos que relacionan al Vaticano y al Santo Padre Benedicto XVI.
Denunciando los ataques de los medios de comunicación, la desinformación… y el
verdadero objetivo detrás de todo esto. Me encanto.
Mientras tanto
seguía trabajando pero con mi mente caminando y viajando al pasado y al
presente… no podía evitar transportarme a los pies de Jesús… en la escena del
Jueves Santo… ahí donde entre los suyos se encontraba Judas, el que lo
traiciono… Viene a mi mente… tan agitada con tantos recuerdos y
pensamientos…las palabras de Jesús; “el discípulo no es más que el Maestro”…
pues si al Maestro lo traicionan, lo venden, lo crucifican, es de esperar que
al discípulo le pueda suceder lo mismo…
¡Ah!… que enredo
de palabras, de pensamientos y sentimientos… El Sr. Bermúdez nos explica muy
bien…y estoy de acuerdo en todo… pero no sé porque pienso que muy bien puede
haber un “Judas” entre los amigos de “Pedro”… o sea de nuestro Santo Padre… que
le esté haciendo la caridad de ayudarlo a cultivar mayor grado de santidad… con
tantos dardos de dolor que le estará causando.
No estoy de
acuerdo con la amplia publicidad y propaganda de los medios de comunicación que
hablan sobre una abierta “guerra” contra el Santo Padre… y todas las cosas que
han dicho para crear una impresión de desorden y desobediencia en el
Vaticano…si hay alguna guerrilla de los liberales puede ser solapadamente… a lo
Judas… me parece sin ánimo de juzgar…
Sin embargo
dejándome llevar por las vidas de tantos santos religiosos, que al brillar en
santidad, el celo por las cosas de Dios y por la salvación de las almas,
siempre surge una experiencia dolorosa que les hace sufrir inmensamente
por la desinformación, mal interpretación, celos, envidias por sus hermanos o
superiores de la comunidad religiosa. Ejemplo tenemos en un San Pío de
Pieltrechina cuando fue tan incomprendido, atacado, perseguido y castigado por
los superiores de la orden.
El mismo cura de
Arcs cuántas veces reunidos los sacerdotes con el Obispo, en plena
reunión sufre burlas y humillaciones por sus hermanos sacerdotes…
simplemente por ser diferente, por caminar por senderos que ellos
desaprobaban, por no entender su camino de santidad. Pero claro aquí se está
hablando del Santo Padre…
En mi mente me
traslado al Vaticano, me parece que ante la rectitud del Santo Padre, su amor y
santo celo por devolver a la Iglesia el esplendor de la liturgia tan opacada
por tantos años debe de tener unos cuantos cardenales, obispos y
sacerdotes liberales no muy contentos.
Entre pensamientos
que van y viene me pregunto, ¿Qué desea el Santo Padre hacer con la Iglesia en
su pontificado? Y en mi locura viene a mi mente Santa Teresa de Ávila que
mirando “el relajamiento” de la orden del Carmelo y sintiéndose llamada por el
Espíritu Santo se laza a “reformar” el Carmelo… ¡Oh!!... que revuelo se formo
de dimes y diretes pero con mucha educación… y la Santa se lo propuso y lo
logro… reformo el Carmelo con sus Carmelitas descalzas… ¡Cuánto sufrió!!
Hasta el último momento de su vida.
Pues sí, me parece
a mí que eso es lo que el Santo Padre busca, pretende y quiere… “reformar” a la
Iglesia que se ha relajado en unos detalles sumamente importantes… perdiendo de
perspectiva aquel ardor de los primeros cristianos, de la Iglesia naciente…
¡Que Iglesia primorosa en sus primeros comienzos!! Como brillaba la caridad
entre los miembros del Cuerpo Místico, la obediencia ciega a Cristo… a su
Voluntad Divina… y a San Pedro. Aquellos primeros miembros del Cuerpo Místico
que morir por Cristo, por su fe, por la Iglesia era un honor inmerecido e iban
al paredón abrazados a la cruz que les tocaba íntimamente y que voluntariamente
la aceptaban. Aquellos primeros cristianos que se gozaban en buscar y vivir la
santidad a lo Cristo.
Me parece que el Santo
Padre busca provocar una revolución interna de santidad que salga y contagie el
exterior moviéndolos a participar de ese fuego renovador que le devuelva el
brillo y grandeza de santidad de la Iglesia naciente… de la Iglesia de los
primeros cristianos… aquel fuego que encendía las almas a darlo TODO por
Cristo con una alegría envidiable.
Pienso que el
Santo Padre trabaja incansablemente por darle a la Iglesia el esplendor de
Cristo colocando a Cristo en su lugar… en el centro de la vida de la Iglesia…
la Iglesia gire alrededor del verdadero Cristo…un Cristo vivo… porque
últimamente todo es importante menos Cristo al punto de innovaciones que
resultan en una pérdida de devoción colectiva por creer que ciertas
costumbres, tradiciones en la Iglesia ya no ayuda en estos tiempos tan
modernos y de tanta liberación y nueva tecnología.
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Pienso que para
eso el Santo Padre trabaja por renovar y purificar al
clero, devolviéndole el verdadero sentido y fundamento a la vocación
sacerdotal… recordando que el sacerdote es simplemente imagen viva del
verdadero Cristo para los hermanos…es Cristo… quien lo mira, lo escucha, lo
observa se encuentra con Cristo. ¿Acaso Cristo no quiere seguir ayudando a sus
hermanos regalando su presencia, sus oídos, su corazón, su ayuda, liberando y
haciendo sus milagros a través del sacerdote?
Me parece que el
Santo Padre trabaja incansablemente descubriéndoles a todos los miembros del
Cuerpo Místico las riquezas de nuestra Iglesia… la riqueza de los
sacramentos… dándole vida y el lugar que les corresponde… que los fieles
reconozcan el valor y la necesidad de alimentarse con la recepción de los
sacramentos…saciar su sed en la fuente que es la Madre Iglesia.
El Santo
Padre, a mi entender, busca crear conciencia en los fieles de la necesidad
apremiante de una vida cimentada en una conciencia recta, reforzada por la
doctrina y moral de la Iglesia, alimentada por los sacramentos y el estudio
serio de la Palabra Divina… es un regreso al primer amor…
Y aquí estoy…
trabajando de aquí para allá, llevándole los alimentos a mi madrecita encamada…
sumergida en la locura de mis pensamientos…sigo pensando en el Santo Padre,
esta vez visualizando el corazón del Santo Padre que debe ser fuertemente
golpeado, quizás por los que más ama, como este mayordomo que lo traiciona
vendiendo su correspondencia privada… él que lo consideraba como un hijo…
recibe el dardo de la traición…
Sí… serán muchos
los que están con el Santo Padre apoyándolo en su pontificado mano a mano…
¡bendito sea Dios!!...pero también hay otros… que será pocos… pero ahí están
los “Judas” que le harán la caridad de ganarse todas las medallas del heroísmo
en la santidad, serán ellos los que clavando dardos de dolor en su
corazón irán esculpiendo las más hermosas piedras en su corona de
eternidad…
Me detengo un
momento para pensar si estuviera parada en la cima más alta del mundo, alzaría
mi voz y llegar a todos los católicos en el mundo entero… les diría con
todo mi corazón…”Hijitos oremos por nuestro Santo Padre quien continua la obra
que el Espíritu Santo inicio con Juan Pablo II en nuestra Iglesia… que sienta
el cobijo del corazón de sus hijos…que no se sienta solo ni un instante… porque
hay un hijo e hija cubriéndolo con el manto de la oración de corazón cada
instante en el mundo entero.”
Mater que
mis palabras tengan sentido…por favor, madrecita...
Desde la Soledad
del Sagrario
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