lunes, 18 de junio de 2012

Reflexionando sobre el programa Cara a Cara - 2012-06-14 Respondiendo preguntas de los televidentes

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El Enemigo está en casa ¿Imposible?
Mientras estaba en mis quehaceres diarios…limpiando el cuarto de mami, el televisor encendido  en el canal EWTN de Madre Angélica… en el programa de “Cara a cara” con el Sr. Bermúdez.

 Entre la escoba y el mapo… y la atención a  mami… un oído en el programa. ¡Qué programa!!  Aprendí mucho. Iba tejiendo mis pensamientos según escuchaba y recordando los acontecimientos a los cuales se refería.

El Sr. Bermúdez estaba explicando con claridad y lujo de detalles todos los supuestos  escándalos que relacionan al Vaticano y al Santo Padre Benedicto XVI.  Denunciando los ataques de los medios de comunicación, la desinformación… y el verdadero objetivo detrás de todo esto.  Me encanto. 

Mientras tanto seguía trabajando pero con mi mente caminando y viajando al pasado y al presente… no podía evitar transportarme a los pies de Jesús… en la escena del Jueves Santo… ahí donde entre los suyos se encontraba Judas, el que lo traiciono… Viene a mi mente… tan agitada con tantos recuerdos y pensamientos…las palabras de Jesús; “el discípulo no es más que el Maestro”… pues si al Maestro lo traicionan, lo venden, lo crucifican, es de esperar que al discípulo le pueda suceder lo mismo…  

¡Ah!… que enredo de palabras, de pensamientos y sentimientos… El Sr. Bermúdez nos explica muy bien…y estoy de acuerdo en todo… pero no sé porque pienso que muy bien puede haber un “Judas” entre los amigos de “Pedro”… o sea de nuestro Santo Padre… que le esté haciendo la caridad de ayudarlo a cultivar mayor grado de santidad… con tantos dardos de dolor que le estará causando.  

No estoy de acuerdo con la amplia publicidad y propaganda de los medios de comunicación que hablan sobre una abierta “guerra” contra el Santo Padre… y todas las cosas que han dicho para crear una impresión de desorden y desobediencia en el Vaticano…si hay alguna guerrilla de los liberales puede ser solapadamente… a lo Judas… me parece sin ánimo de juzgar…   

Sin embargo dejándome llevar por las vidas de tantos santos religiosos, que al brillar en santidad,  el celo por las cosas de Dios y por la salvación de las almas,  siempre surge una experiencia dolorosa que les hace sufrir inmensamente por la desinformación, mal interpretación, celos, envidias por sus hermanos o superiores de la comunidad religiosa. Ejemplo tenemos en un San Pío de Pieltrechina cuando fue tan incomprendido, atacado, perseguido y castigado por los superiores de la orden. 

El mismo cura de Arcs cuántas veces reunidos los sacerdotes con el Obispo,  en plena reunión sufre  burlas y humillaciones por sus hermanos sacerdotes… simplemente por ser diferente, por  caminar por senderos que ellos desaprobaban, por no entender su camino de santidad. Pero claro aquí se está hablando del Santo Padre…   

En mi mente me traslado al Vaticano, me parece que ante la rectitud del Santo Padre, su amor y santo celo por devolver a la Iglesia el esplendor de la liturgia tan opacada por tantos años debe de tener unos cuantos cardenales, obispos  y sacerdotes liberales no muy contentos.  

Entre pensamientos que van y viene me pregunto, ¿Qué desea el Santo Padre hacer con la Iglesia en su pontificado? Y en mi locura viene a mi mente Santa Teresa de Ávila que mirando “el relajamiento” de la orden del Carmelo y sintiéndose llamada por el Espíritu Santo se laza a “reformar” el Carmelo… ¡Oh!!... que revuelo se formo de dimes y diretes pero con mucha educación… y la Santa se lo propuso y lo logro… reformo el Carmelo con sus Carmelitas descalzas…  ¡Cuánto sufrió!! Hasta el último momento de su vida. 

Pues sí, me parece a mí que eso es lo que el Santo Padre busca, pretende y quiere… “reformar” a la Iglesia que se ha relajado en unos detalles sumamente importantes… perdiendo de perspectiva aquel ardor de los primeros cristianos, de la Iglesia naciente… ¡Que Iglesia primorosa en sus primeros comienzos!! Como brillaba la caridad entre los miembros del Cuerpo Místico, la obediencia ciega a Cristo… a su Voluntad Divina… y a San Pedro. Aquellos primeros miembros del Cuerpo Místico que morir por Cristo, por su fe, por la Iglesia era un honor inmerecido e iban al paredón abrazados a la cruz que les tocaba íntimamente y que voluntariamente la aceptaban. Aquellos primeros cristianos que se gozaban en buscar y vivir la santidad a lo Cristo.
Me parece que el Santo Padre busca provocar una revolución interna de santidad que salga y contagie el exterior moviéndolos a participar de ese fuego renovador que le devuelva el brillo y grandeza de santidad de la Iglesia naciente… de la Iglesia de los primeros cristianos… aquel fuego que encendía las almas a darlo TODO por  Cristo con una alegría envidiable.  
Pienso que el Santo Padre trabaja incansablemente por darle a la Iglesia el esplendor de Cristo colocando a Cristo en su lugar… en el centro de la vida de la Iglesia… la Iglesia gire alrededor del verdadero Cristo…un Cristo vivo… porque últimamente todo es importante menos Cristo al punto de innovaciones que resultan en una pérdida de devoción colectiva por creer que ciertas costumbres, tradiciones en la Iglesia ya no ayuda en estos tiempos tan modernos y de tanta liberación y nueva tecnología.
¿A quién se le ocurre levantar la parroquia en una guardia permanente con Jesús Sacramentado?  No, no es necesario, es mejor levantar movimientos de socialización entre los fieles que se sientan en familia, se sientan bien… pero fuera del Sagrario… ¿Quién saca a Jesús del Sagrario y lo lleva por las calles de la parroquia bendiciendo a los habitantes, tocando corazones…? No, no es necesario.  ¿Quién habla de la felicidad o desgracia eterna, de la santidad, del cultivo de virtudes, de llevar a vivir la oración en todas sus dimensiones, de provocar deseos de recibir los sacramentos diariamente, de hacer conciencia de que hay que vivir una profunda conversión, etc.? ¿Quién está dispuesto a cualquier hora a  atender a los fieles necesitados, a confesar a tiempo y destiempo, a guiar las almas hacia la santidad, a lanzarse a las calles a buscar a los jóvenes y ayudarlos a salir de sus problemas llevándolos al Sagrario, procurándole la ayuda profesional necesaria, a orientar sobre las barbaries de la cultura de muerte, a levantar las almas en santidad? Hay muchos que si trabajan incansablemente por la Gloria de Dios, y la salvación de las alma, siendo obedientes al Santo Padre… pero hay un pequeño grupito que son los que son lo  más quee se dejan oír en los medios; teólogos y del clero... que no van por camino de santidad…

Pienso que para eso  el Santo Padre trabaja por renovar y purificar al clero, devolviéndole el verdadero sentido y fundamento a la vocación sacerdotal… recordando que el sacerdote es simplemente imagen viva del verdadero Cristo para los hermanos…es Cristo… quien lo mira, lo escucha, lo observa se encuentra con Cristo. ¿Acaso Cristo no quiere seguir ayudando a sus hermanos regalando su presencia, sus oídos, su corazón, su ayuda, liberando y haciendo sus milagros a través del sacerdote? 

Me parece que el Santo Padre trabaja incansablemente descubriéndoles a todos los miembros del Cuerpo Místico las riquezas de  nuestra Iglesia… la riqueza de los sacramentos… dándole vida y el lugar que les corresponde… que los fieles reconozcan el valor y la necesidad de alimentarse con la recepción de los sacramentos…saciar su sed en la fuente que es la Madre Iglesia.

 El Santo Padre, a mi entender, busca crear conciencia en los fieles de la necesidad apremiante de una vida cimentada en una conciencia recta, reforzada por la doctrina y moral de la Iglesia, alimentada por los sacramentos y el estudio serio de la Palabra Divina… es un regreso al primer amor…  

Y aquí estoy… trabajando de aquí para allá, llevándole los alimentos a mi madrecita encamada… sumergida en la locura de mis pensamientos…sigo pensando en el Santo Padre, esta  vez visualizando el corazón del Santo Padre que debe ser fuertemente golpeado, quizás por los que más ama, como este mayordomo que lo traiciona vendiendo su correspondencia privada… él que lo consideraba como un hijo… recibe el dardo de la traición…  

Sí… serán muchos los que están con el Santo Padre apoyándolo en su pontificado mano a mano… ¡bendito sea Dios!!...pero también hay otros… que será pocos… pero ahí están los “Judas” que le harán la caridad de ganarse todas las medallas del heroísmo en la santidad, serán ellos  los que clavando dardos de dolor en su corazón irán esculpiendo las más hermosas piedras en su corona de eternidad…  

Me detengo un momento para pensar si estuviera parada en la cima más alta del mundo, alzaría mi voz y llegar a todos  los católicos en el mundo entero… les diría con todo mi corazón…”Hijitos oremos por nuestro Santo Padre quien continua la obra que el Espíritu Santo inicio con Juan Pablo II en nuestra Iglesia… que sienta el cobijo del corazón de sus hijos…que no se sienta solo ni un instante… porque hay un hijo e hija cubriéndolo con el manto de la oración de corazón cada instante en el mundo entero.” 

 Mater que mis palabras tengan sentido…por favor, madrecita... 

Desde la Soledad del Sagrario

 

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