miércoles, 6 de marzo de 2013

Miradas y suspiros


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Dos enamorados pasa largo tiempo mirándose y suspirando... el uno por el otro… solo eso… y el tiempo pasa… y los enamorados no se dan cuenta… entre mas se miran… mas suspiran… es el lenguaje mas elocuente donde las palabras sobran…
 Si, las palabras sobran…El Dulce Huésped del Sagrario y el alma de adoración  les pasa lo mismo…  Él  mira al alma… el alma le mira… el corazón habla… la mirada habla… el silencio habla… todo habla de amor…y entre mas se miran… mas suspiros… suspirando el uno por el otro… la nada por el TODO.. el TODO por la nada… El Que Es por la que no es…la que no es por El Que Es… y el tiempo pasa… y para ellos parece un simple instante que ha pasado porque el amor no lleva cuentas de tiempo… el amor del Divino Enamorado regala alas al alma de adoración, alas de libertad para volar hacia alturas inimaginables de intimidades con el Amado.
Y es que hay una corriente de Amor de Él para el alma… del alma para Él… una corriente de Amor que es fuego que quema, fuego que provoca más amor… se siente sin sentir nada… se percibe sin percibir nada… es una locura de amor… Su mirada elocuente… tierna… ardiente… intensa… y a la vez no vez nada,  no sientes nada… porque es el alma quien siente, quien percibe… la paz divina te llena… una paz que si es palpable… una paz que te lleva a gustar pasar más tiempo a sus pies… a los pies del Sagrario…
Y es que el Sagrario se vuelve un imán que atrae irresistiblemente… que una vez ha gustado del Divino Amado  no puedes ya dejarlo… no puede renunciar a esa cita de Amor con el Enamorado de las almas…
Aun en los momentos de sequedad, de oscuridad… aun en esos momentos… brilla con mas esplendor la llamada divina a estar a sus pies… sin ver, viéndolo todo… sin escuchar, escucharlo todo… sin sentir, sintiéndolo todo… porque el Enamorado de las almas sabe cómo hacerse encontrar… cómo hacer para que la mirada del alma se enternezca con su mirada divina…
Dos enamorados no se dicen nada… y se dicen tanto en ese silencio… en esa mirada de fuego… en ese estar uno frente al otro… suspirando y amando…  
Pero hay momentos en que el alma necesita hablar, necesita desahogarse, necesita expresar su amor… y es aquí cuando el Enamorado de las almas, permanece encantado escuchándola, acariciándola con ese silencio elocuente que habla más que las palabras…
Estar ante el Prisionero del Sagrario… es estar ante la fuente de nuestra felicidad eterna… es llenar el alma de esa felicidad que es el mismo Dios… quien acude a la cita con el Amado Divino  nunca sale con las manos vacías, ni el corazón frio… porque el Amado de las Almas sabe cómo darse a manos llenas a las almas que dócilmente van buscándole para amarlo y dejarse amar por Él…
¡Bendito sea Dios en cada adorador!!
 
Desde la Soledad del Sagrario

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