20.03.13
Dios proteja al Papa de los ataques de Satanás y de todos sus otros enemigos
por José María Iraburu
Ya Satanás ha iniciado la persecución contra el Papa Francisco, apenas iniciado su ministerio. También Jesús tuvo su primer encontronazo con Satanás en el comienzo mismo de su ministerio público, o para ser más exactos, cuando se disponía en el desierto para iniciarlo. Terminó aquel primer combate con el mandato irresistible de Cristo: «apártate, Satanás» (Mt 4,10). Espanta Jesús al diablo como a un perro, que ha de largarse con el rabo entre las patas, humillado. Pero volverá a atacarle más tarde, en «la hora y el poder de las tinieblas» (Lc 22,53). Es evidente que si Satanás odia a Cristo, odia al Vicario de Cristo en la tierra. La Virgen de Fátima anuncia en 1917 graves «persecuciones contra la Iglesia… el Santo Padre tendrá mucho que sufrir».
El Papa Francisco no ignora la persecución de Satanás, que habrá de sufrir él y toda la Iglesia, y que se inició hace veinte siglos. Esta conciencia del carácter diabólico de ciertas persecuciones se manifiesta en Mons. Jorge Mario Bergoglio, por ejemplo, cuando siendo Cardenal de la Iglesia y Arzobispo de Buenos Aires, escribe a los cuatro Carmelos bonaerenses (22-VI-2010) acerca del «proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo», que el Gobierno argentino había preparado y que el Senado iba a discutir próximamente (el 13-VII).
«Aquí está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios.
«Jesús nos dice que, para defendernos de este acusador mentiroso, nos enviará el Espíritu de Verdad. Hoy la Patria, ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error; necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan incluso a personas de buena voluntad.
«Por esto recurro a Ustedes y les pido oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los Senadores que han de dar su voto […] Miremos a San José. A María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: “esta guerra no es vuestra sino de Dios”. Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios. Gracias por lo que harán [ustedes] en esta lucha por la Patria».
El Card. Bergoglio habla de Satanás. No es frecuente que nuestros Obispos, cuando hacen oír la voz de la Iglesia en ciertos debates políticos especialmente graves, digan tan claramente que ciertos atentados contra el orden natural, más que una lucha meramente política, son en realidad una guerra de Satanás contra Dios, una batalla entre Satanás y los suyos contra el Reinado de Dios sobre la creación.
Habla también de «la Patria» argentina, palabra también omitida casi siempre en los combates políticos de la Iglesia contra las fuerzas anti-Cristo. El concepto de Patria, que es tan fundamental en la vida política, para muchos católicos ilustrados de hoy es un término obsoleto, que conviene no pronunciar siquiera en público. Pero, cosa notable, el que fue Arzobispo de Buenos Aires no tenía ninguna dificultad para hablar de la Patria a su pueblo.
Y más aún, tiene la osadía de remitirse a «la historia» de la nación como un argumento fuerte que los ciudadanos deben tener en cuenta, también en la vida política, si no quieren arrancar las raíces de su propio árbol. Recuerdo un ejemplo:
Celebrando una Misa en honor de San Cayetano (7-VIII-2010), pedía el Cardenal al Señor la protección del Santo sobre Argentina. «La protección que pedimos es para todas las necesidades de nuestra vida: la salud, el pan, el trabajo […]. Pero junto con estas cosas pedimos de manera especial protección para nuestra fe. Te pedimos que protejas, conserves y aumentes nuestra fe.
«Porque vivimos en medio de una cultura cada vez más pagana. Una cosa es ser pagano si uno nació en una cultura que no conoce aún la verdad del Evangelio y la bondad de Jesucristo. Pero para nosotros, hacer como si Jesucristo no hubiera venido a salvarnos es dar un paso muy atrás. Es como negar a nuestros padres y a nuestros abuelos. Es como querer no tener historia. Es como si eligiéramos ser huérfanos, gente desamparada, que tiene que empezar de cero sin contar con el tesoro de la sabiduría de nuestros mayores. Al hacer como si Jesucristo no existiera, al relegarlo a la sacristía y no querer que se meta en la vida pública, negamos tantas cosas buenas que el cristianismo aportó a nuestra cultura, haciéndola más sabia y justa; a nuestras costumbres, haciéndolas más alegres y dignas…
«Si somos personas de bien no debemos desconocer tantas gracias recibidas. Nosotros hemos escuchado el anuncio del Evangelio, somos gente bautizada en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, gente que ha vivido cuidada con el amor infinito de la providencia de nuestro Padre Dios y amparada bajo el manto de ternura de la Virgen María. Nosotros hemos sido marcados con el signo de la cruz y le pertenecemos a Jesús que nos compró con su Sangre. Si en algo fallan nuestros valores es porque no los vivimos a fondo. No es que tengamos que remplazarlos por otros sino que tenemos que arrepentirnos de no haberlos guardado bien y comenzar a vivirlos en toda su plenitud». Bien dicho está.
También el Papa Francisco denuncia a Satanás en su primera Misa solemne, celebrada en la Capilla Sixtina con el colegio de Cardenales (14-III-2013):
«…podemos construir tantas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, no vale. Nos convertiríamos en una ONG filantrópica, pero no seríamos la Iglesia, esposa del Señor» […] Y citando a Leon Bloy, añade: «El que no reza al Señor, reza al diablo», porque «cuando no se confiesa a Jesucristo se confiesa la mundanidad del demonio».
Eso que enseña el Concilio Vaticano II cuando dice que en toda la historia humana «existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas» (GS 37), y que «toda la vida humana, la individual y la colectiva, se presenta como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas» (ib. 13), es, como ya hemos visto en este mismo blog (19-21), una enseñanza continua de toda la Biblia, desde el Génesis (3,15): «pongo enemistad perpetua entre ti [la serpiente, Satanás] y la mujer [María, la Iglesia]», hasta el Apocalipsis (12,17): «se enfureció el Dragón contra la Mujer [que había dado a luz al Salvador], y se fue a hacer la guerra contra el resto de su descendencia». Ésta es la historia.
En los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, como bien lo sabe nuestro Papa jesuita, una de las meditaciones principales es justamente la de las dos banderas: «El primer preámbulo es la historia: cómo Cristo llama y quiere a todos bajo su bandera, y Lucifer, al contrario, bajo la suya» (137). Ésa es la verdad de la historia, y el cristiano debe conocerla. La Iglesia militante tiene en sus combates como príncipe celestial a San Miguel Arcángel, y como jefe en la tierra al Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, Vicario de Cristo. Todos hemos de militar bajo su bandera, que es la de Cristo.
Las fuerzas de Satanás han iniciado ya su combate contra el Papa Francisco. No enumeraré, para ser breve, los ataques que ya está recibiendo de los que son contrarios a Cristo y a su Iglesia. Especialmente en Argentina, los más partidarios del proceso acelerado de descristianización, llevado adelante implacablemente por el Gobierno y por otras muchas fuerzas mediáticas y culturales, no perdonan la resistencia presentada por el Cardenal Bergoglio y se la tienen jurada. Me limitaré a enlazar el artículo de Javier Lozano, El Papa Francisco, un jesuita humilde y austero, contra la teología de la liberación (13-III-2013) y el de Elentir, Difunden en la red un bulo misógino para desprestigiar al Papa Francisco (14-III-2013).
Pero también los católicos pseudo-tradicionales más extremos han emprendido ya sus campañas contra el Papa Francisco; lo cual, ciertamente, no es una conducta muy conforme con la Tradición. No diré el nombre de los autores, ni el título de sus escritos lamentables, ni los portales de internet que sustentan estas campañas nefastas, porque no quiero que lleguen a conectar con ellos los fieles católicos que son lectores de InfoCatólica y que quizá, felizmente, no los conozcan. Pero sí reproduciré textualmente, aunque no de modo íntegro, con las interpolaciones mías necesarias, un post publicado al día siguiente de la elección del Papa (14-III-2013). (Añado hoy 18-III-2013: el Autor del texto que sigue no es filolefebvriano, es lefebvriano, porque él mismo lo dijo, según veo hoy, en el comentario que hizo el 11-III-2013 a un Editorial: “Yo soy de la Tercera Orden de la Hermandad de San Pío X"- HSSPX).
¿Quiénes se han alegrado con la elección del Card. Bergoglio como Papa?… «los grupos y asociaciones anticlericales. Como por ejemplo los judíos. En este artículo [cita uno] aplauden hasta con las orejas la elección de Mons. Bergoglio. Ban Ki-Moon, el Secretario General de la ONU, esa organización siniestra, germen del gobierno mundial tiránico, que promueve el ateísmo y la cultura de la muerte por todo el planeta, ha dicho que espera que Francisco continúe promocionando el diálogo interreligioso. El Presidente de EEUU, Barak Obama», etc.
Dos principios elementales. «Primero, un verdadero enemigo de la Iglesia, un hijo de Satanás, nunca puede querer nada bueno para la Iglesia. Segundo, los judíos, los mundialistas de la ONU, y la élite socialista a la que pertenece Obama, son enemigos acérrimos de la Iglesia Católica. La conclusión: […] Si analizamos lo que piensan los enemigos de la Iglesia, podemos hacernos una idea de lo que se nos viene encima con el nuevo papado. Y no es nada halagüeño».
…«Lo que ocurre con la Iglesia Católica supera lo humanamente comprensible; los judíos, que explícitamente rechazan a Cristo, que odian la Cruz, se congratulan por la elección de Mons. Bergoglio. Sin embargo, lejos de alarmarse, los católicos del mundo, con los obispos a la cabeza, se alegran de tener un Papa que gusta tanto a los judíos. ¿Soy el único católico que se preocupa por esto?
«Lo que cabe esperar de tus enemigos es que deseen tu ruina. Pero lo que no cabe esperar es los católicos contribuyamos a nuestra propia ruina. La reacción pueril y acrítica de la mayoría de católicos a la elección de Francisco ha sido vergonzosa». Y pone varios ejemplos.«Hay neo-católicos de diverso pelaje [se refiere a los llamados neo-cons en ambientes filolefebvrianos], pero todos se rigen por una norma indiscutido: NUNCA se critica al Papa» […] «La imagen de Francisco de pronto será blanqueada por arte de magia, la misma magia que hace que el mundo neo-cat sea tan bonito y color de rosas» […]
«¡Es el colmo de la papolatría! Esta adulación rastrera hacía el Cardenal Bergoglio, convertido en semi-dios por el hecho de haber sido elegido Sumo Pontífice, es todo menos católica. […] A no ser que me equivoque (Dios lo quiera), los enemigos de la Iglesia tienen otra vez un Papa a su gusto, que seguirá llevando la Iglesia Católica por el camino del ecumenismo y el diálogo con el mundo; es decir, hacía el abismo. Y lo peor de todo es que la gran masa de católicos son cómplices de la destrucción de la Iglesia; bien por su inacción y su silencio interesados; bien por sus aplausos serviles a cada paso que da el Santo Padre.
«Sigamos rezando, porque yo no veo otra solución».
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y no saben lo que dicen, cuando aseguran «urbi et orbi» que este «Papa seguirá llevando la Iglesia Católica hacia el abismo». Puro filolefebvrismo. El Autor [lefebvriano, como hemos sabido] de ese pésimo artículo y el portal de la web que lo publica, como otros autores y portales semejantes, se proponen, por lo que se ve, el siniestro objetivo de dificultar al máximo a los fieles católicos tradicionales y a los tradicionalistas la aceptación del nuevo Papa Francisco en fe, caridad y obediencia. Callarán sistemáticamente todo lo bueno que hubo en el Arzobispo Bergoglio y que haya en el Papa Francisco, y llamarán la atención exclusivamente sobre los aspectos deficientes que pudo haber en aquél y que pueden darse en éste. Pueden darse, ciertamente, deficiencias de acción o de omisión en el Papa, porque no asegura Cristo una asistencia infalible a todos y cada uno de los miles de gestos, decisiones y palabras realizados al paso del tiempo por su Vicario en la tierra. Sin embargo, centrarse en esos aspectos deficientes, exagerarlos más allá de toda mesura y pasar por alto lo mucho de bueno que hay en nuestro nuevo Papa es de hecho, aunque no se pretenda, colaborar con el Enemigo, que disfruta destruyendo el amor al Papa y a la Iglesia en el corazón de los fieles.
El daño que por esa vía causarán al pueblo cristiano, sobre todo a aquellos fieles tradicionales de más escasa formación doctrinal, es gravísimo. No serán pocos los que se nieguen a participar en una Eucaristía que se celebra «una cum famulo tuo Papa nostro Francisco». Dividirán así con fermentos cismáticos el rebaño único de Cristo. Y a quienes no seguimos su extraviado camino nos llamarán «papólatras», nos lo llaman, término que, si no recuerdo mal, usaban ya en el siglo XVI los protestantes rebeldes a la Sede Romana para referirse a los católicos fieles.
Oremus pro Pontifice nostro Francisco. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum ejus. Amen.
José María Iraburu, sacerdote
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