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¿Por qué te
molestas conmigo?
En estos días que he salido de compras a las tiendas, al comercio, a
comprar una que otra cosa necesaria para mis proyectos de costura, para mi
sorpresa me encontré participando de un desagradable momento.
Estando en una tienda, en el departamento de telas, buscando un patrón para
la vestimenta de los monaguillos que
anunciaron en especial. Mientras le
preguntaba a una empleada que muy gentilmente, dejando a un lado lo que estaba
haciendo, se movió para llevarme hasta el catalogo de patrones para ver si la
marca que deseaba podía estar entre los que ofrecían.
En ese momento, entre tanta gente que había comprando, moviéndonos hacia el
lugar, escuche una voz estrepitosa que a gritos me decía: “Cristo te ama”, la
empleada se volteo a mirarla, y rápidamente clavo su mirada en mí, como yo estaba de lado, solo tuve que girar mi
mirada y ver a la señora, su rostro rojo como una manzana, y los ojos muy
abiertos y en espera de mi reacción. Todos los presentes habían quedado como
frisados mirándome. Simplemente le mire y volviendo mi mirada seguí hablándole a la
empleada que me miraba con los ojos muy abiertos y su rostro pálido.
Y es que sonaba como un reto lanzado al aire…en vez de una bendición o
noticia…todos estaban esperando una reacción, una respuesta. Mi reacción sin pensarla, simplemente y
llanamente fue la de ignorar a la señora y a todos los que esperaban mi reacción.
No tuve tiempo para pensar, simplemente escuchar, mirar y continuar en lo que
estaba haciendo…sin detenerme a pensar, no tuve tiempo de darle importancia.
Dios me cubrió con su santa sabiduría… la Mater estaba conmigo.
La Sra. aparentemente por el silencio sepulcral que hubo en minutos, se
quedo asombrada y es que el “Cristo te ama” sonaba en tono agresivo. ¿Por qué? Luego,
mientras salía de la tienda sin mi patrón porque no lo tenían, a mi mente
vinieron pensamientos y a mi corazon sentimientos encontrados. Pensaba y me
apenaba por la sra. pues entendía que no andaba bien en su amor a Dios y al prójimo,
al darle tanta importancia un hábito que de momento alcanzaba ver y sin pensar se
dejaba llevar por sentimientos no muy caritativos aparentemente.
No es la primera vez que hermanos cristianos al verme se mueven a gritarme “Cristo
te ama”… en ningún momento he tenido la experiencia de escuchar “Cristo te ama”
en un tono dulce y tierno… y recibir una mirada llena de paz.
Solo recibo la reacción molesta de
los que no pueden aceptar mi hábito, mi postura católica. Es como si al ver mi hábito
sintieran una bofetada o un latigazo por la forma de reaccionar que es rápida y
sin tiempo de pensar.
He tenido la experiencia de personas que se han acercado agresivamente y
los que me han rodeado me han ayudado, sino me imagino que mi velo volaría pues
creo que sería lo primero que me arrebatarían.
Sin embargo cuando en mis salidas encuentro personas de otras
denominaciones como las mujeres musulmanas, las miro sin ningún sentimiento adverso
a la caridad. Si Dios nos ha regalado la
libre albedrio, y acepta nuestras elecciones aun siendo erradas… ¿Quién soy yo
para no aceptar la elección religiosa de los demás? Si ha errado, simplemente
orar por la persona aunque no la conozca, una oración inmediata en silencio sin
que nadie se percate… y mi más tierna mirada pues imagino a Dios mirarlos con
ojos de bondad. Y una sonrisa en mis labios que sea noticia silenciosa de “Dios
nos ama”…
La violencia, la agresividad en todos los que decimos amar, conocer y vivir
a Dios es cada vez mayor… la intolerancia a la libertad de culto es cada vez
mayor. ¿Hacia dónde vamos? Dentro de unos años nos permitirán vestir las vestimentas
consagradas que son noticia de Dios… de almas consagradas a Dios… Me imagino,
que los consagrados que se han liberado de sus vestimentas sagradas, se
aprovecharan de esta nueva y penosa modalidad para avalar como correctas sus
decisiones.
Y no se diga de las veces que vienen los hermanos de otras denominaciones
cristianas o no cristianas a regalarme de sus literaturas porque Dios les ha
dicho que deben ayudarme a salir de mi error.
Si yo hiciera lo mismo… Madre mía… no quiero ni imaginarme sus
reacciones… sin embargo ellos se lanzan sin aceptar mi libre elección y respuesta a la llamada a la vida religiosa.
Oremos unos por otros… oremos para que haya paz, libertad religiosa, aceptación
a la elección que los hermanos deciden… y orar en silencio si van caminos de perdición…
Dios no permite que experimentemos la vivencia de momentos tan dolorosos,
tristes, de violencia y persecución sino fuera para un bien para nuestras
almas. Estas experiencias en cierta forma me llenan de gozo y alegría y siguen confirmándome
lo que siempre he creído… que el habito, que la vestimenta sagrada de los
consagrados es noticia de Dios…para el mundo… y el mundo no puede aceptarlo por
eso muchos reaccionan agresivamente… porque Dios les toca con la mirada…sus
conciencias…y a la vez, nos hace mirarnos para descubrir, si estamos
verdaderamente cimentados en la verdadera caridad…
Desde la Soledad del Sagrario
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