A tus pies se encuentra mi alma desolada, vengo del trajín de la vida, con
mi carga de responsabilidades, problemas, y desilusiones… vengo buscando
consuelo, buscando ayuda, buscando respuestas, buscando al Amigo que nunca
falla y siempre está dispuesto a escuchar, y atender el corazón que se desborda
ante su presencia divina… Vengo porque solo Tu me concedes paz y sosiego… nada
ni nadie logra llenar mi alma de tanta paz como Tu mi Dios… vengo a descansar
en Ti… vengo a dejarte mi peso que aplasta mis espaldas… vengo buscándote a Ti…
Dios Amigo… mi tierno y dulce Amigo del alma… mi divino redentor… porque Tú me
has llamado…
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