QUIERO CONSOLARTE

QUIERO CONSOLARTE… QUIERO CONSOLARTE… QUIERO CONSOLARTE…

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Quiero consolarte. Quiero convertirme en ese Ángel de Getsemaní… Quiero secar tus lágrimas…Quiero llenar tu Sagrado Corazón  de alegría… la alegría de verme a tu lado llorando contigo… adorándote… consolándote… hablándote… agradeciéndote… dándote toda mi vida en un arranque sensible e intenso de amor…Consolarte… con toda la delicadeza de mi corazón…con todo el fuego de mi pobre corazón… con toda mi voluntad…deshaciéndome en atenciones… volcando mi corazón en todo momento… haciendo muy mía tu dolor…

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Quiero consolarte primeramente ahí… en el Sagrario.  Quiero llenar de calor el frío del Sagrario… el frío del abandono de mis hermanos… el frío de la dejadez de mis hermanos… Quiero entrar al Sagrario con mi corazón en las manos para ofrecértelo como ofrenda perpetua de amor aTi que lo eres TODO para mi… a Ti que eres mi único y verdadero Amor… la razón de mi existir… por quien vivo y por quien muero.

Ahí en el Sagrario desbordarme en finísimas atenciones para contigo. Que mi  presencia te consuele… que mi presencia te anime… que mi presencia te llene de santo consuelo.

Quiero consolarte en la Santa Misa… quiero vivirla por los que no la viven… con conciencia de agradecimiento a regalo tan inverosímil, de tan grandes dimensiones donde lo sobrenatural se pierden en lo natural… Quiero adorarte en cada momento de la Santa Misa… Quiero derramar mi vida como bálsamo de santo consuelo a Tu Corazón sediento de almas que te permitan entrar como alimento, entrar como milagro de vida espiritual…


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Quiero consolarte en la Santa Misa… convertirme en el sacerdote celebrante… porque quiero mirarte con sus ojos y llenarme de Ti… quiero tocar el Misterio inefable de Amor con sus manos… quiero tocarte con toda la delicadeza posible derramando en ello todo mi amor… quiero con sus manos sacerdotales levantarte a la vista de todos… y en un grito silente decirle a todos:  “Este es Dios… este es nuestro amadísimo Dios que muere de amor por cada uno de nosotros… este es el Dios que no ha querido dejarnos desamparados…”  Oh si, les diría a todos, les trataría de enamorar, de crear conciencia de lo grande que es este regalo de Amor divino… desde mi rinconcito… desde mi pequeño puesto… uniéndome al sacerdote celebrante…con un corazón agradecido por tanta misericordia derramada en cada Santa Misa… por el don del sacerdocio…

Oh mi Dios como deseo consolarte en las Santas Misas frías derramando el fuego de mi corazón por cada sacerdote celebrante que haya perdido el contacto contigo… por  cada hermano o hermana feligrés que haya perdido la atención y la conciencia de la grandeza de la Santa Misa…Misas frías donde no eres bien recibido… ahí quiero estar como el Ángel de Getsemaní… dándome a Tu gusto…

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Quiero consolarte en cada enfermo abandonado, maltratado o simplemente en cada  enfermo que se niega a aceptar cargar la cruz de la enfermedad.  Ahí en esa cruz quiero estar consolándote… mimándote… ayudándote… siendo tu paño de lagrimas… tu confidente… tu amiga intima que sabe como consolarte llenando tu corazón del calor del amor que se derrama en atenciones y en servicio desinteresado… simplemente por Amor a Ti…

En cada anciano, en cada niño, en cada mujer, en cada joven, en cada discapacitado, en cada drogadicto, en cada preso, en cada esclavo, en cada ser humano despreciado, maltratado, humillado, calumniado, herido en su dignidad humana, vendido por 

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migajas de oro, denigrado a ser un simple objeto de comercio, un producto a usar y desechar… ahí donde hay llanto, desesperación, desesperanza, dolor amargo, donde hay hambre física, donde hay necesidades básicas y ninguna ayuda, donde se oprime al pueblo simplemente por considerarlos inferiores… ahí… yo te quiero consolar… trabajando intensamente por mi santidad… para que mi pequeño y pobre trabajo logre alcanzar ser luz, esperanza, fortaleza y caridad para los hermanos que sufren en este mundo… porque un santo te da mucho consuelo y gloria… porque por un santo haces llover lluvia de bendiciones y gracias sobre la humanidad… yo Padre Santo… quiero consolarte en tu Santo Hijo… nuestro Señor Jesucristo… en su Sagrada Humanidad… en su Divina Presencia en tus hijos… en tu pueblo… en todos los seres humanos…simplemente porque me amas con locura… porque te amo con locura… porque toda honra, toda gloria te pertenece en el tiempo y en la eternidad…hoy, mañana y siempre…

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...Desde la Soledad del Sagrario...